El famoso bolígrafo espacial de Fisher entra en el Salón de la Fama de la tecnología espacial

How it’s Made – Fisher Space Pen (YouTube)

Desde 1988, la Fundación del Espacio (Space Foundation) ha incorporado al Salón de la Fama de la Tecnología Espacial a personas, organizaciones y empresas que han diseñado o adaptado tecnologías para su uso en el espacio y, posteriormente, para mejorar la calidad de vida de los seres que habitamos este maravilloso planeta Tierra.

Pues bien, este año le ha tocado al famoso bolígrafo espacial y a su difunto inventor, el norteamericano Paul C. Fisher. Enviamos desde aquí nuestra más sincera felicitación a los dos premiados.

No está de más recordar ahora que la famosa leyenda urbana que corre sobre el origen de este bolígrafo es falsa. La NASA, como se cuenta a veces, no se gastó millones de dólares para desarrollar un bolígrafo con el fin de que sus astronautas lo usaran sin problemas en el espacio. Fue el citado Paul C. Fisher que, motu propio, se gastó de su bolsillo un millón de dólares para crear un cartucho presurizado que usaba nitrógeno con el fin de forzar a que la tinta tixotrópica fluyera hacía fuera. El bolígrafo resultante no solo era capaz de escribir en temperaturas extremas (de -35 º C a 121 º C), boca abajo y bajo el agua, sino que también funcionaba perfectamente en entornos de microgravedad.

Walter Cunningham utilizando uno de los primeros bolígrafos espaciales durante el Apolo 7 (NASA)
Walter Cunningham utilizando uno de los primeros bolígrafos espaciales durante el Apolo 7 (NASA)

Tras un periodo de evaluación de 18 meses, la NASA hizo un pedido de 400 unidades en 1967, incluyendo al bolígrafo (modelo AG7) entre el equipo de la primera misión tripulado del Programa Apolo, así que, desde el Apolo 7, en octubre de 1968, el ingenio de Fisher ha volado en todas las misiones tripuladas de la agencia espacial norteamericana, incluso en los vuelos recientes de la cápsula Dragon de SpaceX con destino a la Estación Espacial Internacional.

Hay que decir que, como también ocurrió con los relojes Omega, los bolígrafos espaciales de Fisher fueron adoptados por el programa espacial soviético, y luego ruso, volando con sus cosmonautas desde el mismo año 1969. Los chinos también han sucumbido a él recientemente.

Por cierto, si os queréis pillar uno para vuestra colección, os dejo a continuación el enlace de mi tienda en Amazon. 🙂

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