El 14 de diciembre de 1972 el Hombre dejaba la Luna por última vez. Aquel hecho histórico ocurrió al finalizar la misión del Apolo 17, la sexta que logró aterrizar en la superficie de nuestro satélite. Y en aquel lugar, en aquel momento, se encontraba un hombre: Eugene Cernan. Un auténtico veterano del espacio con tres misiones a sus espaldas tan importantes como la Geminis 9A, el Apolo 10 y la mencionada misión del Apolo 17.
The last man on the moon es un documental, de poco más de hora y media, sobre la vida de Eugene Cernan, literalmente el último hombre en pisar la Luna.
En el mismo, se repasa la trayectoria profesional ya conocida de Cernan, desde que fue seleccionado para el tercer grupo de astronautas de NASA hasta su regreso de la Luna en su última misión. Pero el film también indaga en la parte personal del protagonista y cómo le cambió la vida al volver de la Luna.
El documental cuenta con la participación de otros de los personajes famosos de la carrera espacial norteamericana, como por ejemplo Christopher Kraft, Gene Kranz, James Lovell, Dick Gordon, Alan Bean o Charlie Duke. Sin embargo, se echa en falta a su compañero en la superficie lunar Harrison H. Schmitt. Compañero con el que no tuvo buena relación pero que debería haber estado en este documental, aunque fuera desde un punto de vista meramente profesional.
Sin duda se trata de un documental que ensalza la figura de este astronauta pero sin olvidar las aspectos más controvertidos de su carrera, como, por ejemplo, los problemas que tuvo durante la caminata espacial en el Geminis 9A que le impidieron completar la misión de prueba de la mochila espacial o los problemas en la elección de la tripulación que pisaría la luna por última vez durante el Apolo 17. De este último aspecto comentar que Christopher Kraft no estaba de acuerdo en cómo se siguió el proceso de selección y, en su opinión, el jefe de los astronautas, Deke Slayton, tenía demasiado poder.
Como hemos dicho antes, otro de los aspectos que aborda el documental es cómo le afecto al protagonista de todo aquello en su vida personal. Como Eugene Cernan reconoce, «pasaba» un poco de lo que ocurría en su casa y nunca estaba allí. Las esposas de los astronautas lo tenían que hacer todo y no niega que fue egoista por su parte. Después de volver de la Luna, y debido al tour mundial que realizó, acabó divorciandose de su esposa, como le ocurrió al 60 % de los astronautas. Su ex-esposa afirma en el documental, de manera rotunda, que si pensamos que ir a la Luna fue difícil, entonces deberían probar quedarse en casa.
No podemos olvidar que en este documental también hay lugar para la épica y el sentimentalismo, como, por ejemplo, el instante en el que Cernan relata que cuando llegó a la Luna fue el momento más silencioso de su vida, o cuando le escribió una carta a su hija Tracy antes del viaje del Apolo 10, o cuando afirma que la adrenalina se te dispara cuando vas camino de la rampa de lanzamiento, o cuando dedicó unas palabras a Neil Armstrong en su funeral. Sin duda, la calidad visual del documental, junto con una buena banda sonora, ayudan a que estos aspectos lleguen al espectador.
Para terminar recogemos unas citas del protagonista:
Debes tener una pasión, un amor por lo que haces, o no deberías hacerlo.
No te rindas. Nunca sabes qué te deparará la suerte.
Nunca me sentí más orgulloso en mi vida que cuando llegué a la Luna. Me había demostrado que era capaz de llegar hasta allí.
En resumen, para todos los Apolo-trastornados este documental es de imprescindible visionado. ¡Qué lo disfruteis!
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