En la Base de la Tranquilidad, zona de alunizaje de la histórica misión del Apolo 11, existen más de 100 artefactos que permanecen intactos. Otros tantos en cada una de las demás misiones del Programa Apolo. Hay que recordar que en total fueron 6 las misiones que lograron tocar la superficie lunar. Por esta razón y dada la importancia que va tomando poco a poco el desarrollo comercial y turístico del espacio, empieza a ser fundamental desarrollar un marco de preservación histórica de estos sitios, incluyendo posibles acuerdos internacionales en los que se especifique la manera de proteger estos recursos culturales e históricos de indudable importancia. Unos investigadores y arqueólogos de la Universidad de Nuevo México, en EE.UU., ya se han puesto manos a la obra.
A finales de Mayo de 2012, el éxito de la primera misión espacial privada SpaceX Dragon, que logró enviar suministros a la Estación Espacial Internacional, ha empezado a sentar las bases para transportar a futuros visitantes a la Luna. Hoy en día, por unos 20.000 $, un futuro turista espacial puede reservarse un asiento en el Virgin Galactic.
La realidad del turismo comercial espacial es inminente, emocionante y, también, una amenaza. Sería una tentación muy grande para los turistas que lograran visitar la Base Tranquilidad el caminar sobre los pasos de Neil Armstrong o coger algún objeto como recuerdo. Demasiado fuerte para resistirse. La integridad de este, y de los otros, históricos lugares puede quedar dañada de una forma irreparable. Por tanto se hace necesario tomar medidas para protegerlos.
El problema actual es que los objetos de la Base de la Tranquilidad se encuentran en un área legal “gris”. Como es sabido, las naciones conservan la propiedad de los bienes que dejan en la Luna, pero ninguna persona y ningún país pueden ser dueños de la superficie lunar.
El año pasado (2011), un equipo de investigadores y científicos de NASA, junto con algunos expertos externos, redactaron un documento con recomendaciones para la preservación histórica de estos lugares dirigido a los posibles interesados en visitarlos.
El documento titulado «NASA’s Recommendations to Space-Faring Entities: How to Protect and Preserve the Historic and Scientific Value of U.S. Government Lunar Artifacts«, y que se puede bajar en pdf, reconoce la importancia de los sitios y da un primer paso importante hacia la protección de los mismos. En él se definen las áreas a proteger, identifica amenazas y hace recomendaciones relacionadas con el descenso, el aterrizaje y la movilidad en la superficie cercana. Sin olvidarse de la posible contaminación que se puede dejar.
Para más inri, recientemente, Google recibió una solicitud de los concursantes de Google Lunar X Prize para explorar los seis sitios de aterrizaje de los Apolo así como también varias de las sondas no tripuladas Surveyor.
Google, durante una conferencia de prensa con NASA hace unos meses, anunció que tenía la intención de seguir las recomendaciones de NASA la hora de visitar, en un futuro, esos lugares. Sin embargo, legalmente, ni Google ni nadie está realmente obligado a respetar las propuestas de NASA.
También es cierto que los EE.UU pueden designar ciertos lugares para incorporarlos en la Lista del Patrimonio de la Humanidad, que reconoce las propiedades de todo el Mundo que son de importancia universal.
Desde Nuevo Mexico y California ya se están dando los pasos legales necesarios para redactar la legislación que defina a los sitios de alunizaje de las misiones Apolo como lugares históricos que han de ser protegidos. Esperemos que tengan éxito.
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Reblogueó esto en Agencias espacialesy comentado:
Para cuando el turismo espacial pase de orbital a lunar. Se trata de una previsión muy interesante.