
Sinceramente, no sé por dónde coger a Moonfall. La historia resulta exagerada, inverosímil y rocambolesca. Un batiburrillo que da la sensación que quiere contentar a todo el mundo mezclando situaciones que ya hemos visto antes en otras películas. Sus más de dos horas se hacen eternas e innecesarias. Adolece de los tópicos (y errores) de siempre y sus tres protagonistas principales (Halle Berry, Patrick Wilson y John Bradley) son increíbles, vamos que no se los cree nadie.
En cuanto a los efectos especiales tampoco es que aporte nada nuevo. Quizás, lo único reseñable de esta película es que se utilizó uno de los tres simuladores de guiado y navegación (Guidance and Navigation Simulator) que NASA empleaba para entrenar a los astronautas del Transbordador espacial en el Centro espacial Johnson de Houston (Texas) y poco más.
En fin, otra aburrida película que ni siquiera es capaz de ser graciosa o simplemente entretener y lo peor de todo es que parece que el final da pie a una segunda parte.
Que conmigo no cuenten.
ANOTACIONES RELACIONADAS:
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- ¿Indiana Jones contra un malvado Wernher von Braun?
- El último vuelo del Challenger (Netflix).
