Es muy corriente que, en las fases de despegue y reentrada en la atmósfera terrestre, a los astronautas se les taponen los oídos por el cambio brusco de presión. Como en estas fases los astronautas suelen llevar puestos los cascos, es imposible que puedan cerrarse la nariz con los dedos de la mano para intentar expulsar aire y conseguir destaponarse los oídos.
Los ingenieros que diseñan los trajes espaciales son muy listos y añaden en el lateral de los cascos lo que se conoce como dispositivo Valsalva. Este sencillo dispositivo permite taponar los dos orificios de la nariz del astronauta para sellarlos y así poder destaponarlos cuando intente expulsar fuertemente el aire.
Durante el Programa Apolo, el control de misión de Houston, en la primera misión tripulada del Apolo 7, decidió que la tripulación debía ponerse sus trajes y sus cascos como precaución durante la fase de reentrada. Era la primera vez que una tripulación entraba en la atmósfera terrestre dentro del Módulo de Mando. Pero desgraciadamente, el dispositivo Valsalva no estaba instalado en los cascos de los astronautas y el comandante de la misión, Wally Schirra, que además se encontraba enfermo con un resfriado, decidió que ninguno de los tres astronautas se pusieran los cascos de manera que, si lo necesitaban, pudieran cerrarse la nariz con sus dedos para destaponarse los oídos.
Aquella decisión, junto con otras similares, que tomaron los astronautas del Apolo 7, hizo enfadar a muchos directivos del Programa Apolo que decidieron que aquellos hombres nunca más volvieran al espacio, como así ocurrió finalmente.
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