¿Puede llover dentro del Edificio de Ensamblaje de Vehículos (VAB) de Cabo Cañaveral?

Parece ser que existe una leyenda urbana que afirma que, debido al gigantesco tamaño y a la gran altura del Edificio de Ensamblaje de Vehículos (VAB – Vehicle Assembly Building) – situado en las instalaciones de la NASA en Cabo Cañaveral (Florida) –, pueden formarse nubes e incluso llover dentro del mismo.

No conocía esta “anécdota” hasta hace poco tiempo y me puse a indagar un poco para ver si era cierta o no.

Para poder responder a la pregunta planteada, primero hay que conocer un poco más qué es realmente el VAB y cuál ha sido su historia.

El VAB, originariamente conocido como Vertical Assembly Building, es el edificio principal del Complejo de Lanzamiento 39 situado en el Centro Espacial John F. Kennedy en Cabo Cañaveral, Florida. Fue construido en un tiempo record al principio de la década de los años 60 y dentro del mismo se montaban o ensamblaban verticalmente las diferentes etapas del cohete Saturno V que llevaría al Hombre a pisar la Luna dentro del conocido Programa Apolo. Hay que recordar que el Saturno V medía 110 metros de altura, es decir, más o menos como el Faro de Moncloa situado en Madrid.

construccion-del-vab

El Edificio de Ensamblaje de Vehículos tiene una superficie de 3,2 hectáreas y posee las siguientes dimensiones: 160 metros de altura (como la Torre Picasso de Madrid), 218 metros de largo y 158 metros de ancho.

El edificio se divide en dos partes, el muelle de carga principal con sus 160 metros de altura y el muelle de carga secundario de 64 metros de altura.

Según el Press Kit de la misión Apolo 11, el VAB tiene un sistema de aire acondicionado de 10.000 toneladas de capacidad, que era suficiente para enfriar 3.000 hogares. Otras fuentes hablan de 9.000 toneladas.

Pues bien, debido a la gran magnitud de este edificio, es uno de los edificios más grandes del Mundo en cuanto a volumen, corre el rumor de que, dentro del mismo, cuando las condiciones son apropiadas y no funciona el aire acondicionado, se forman nubes en su interior pudiendo incluso llegar a llover.

Como decía anteriormente, me puse a investigar un poco el asunto consultando algunos libros y enviando algunos emails con las siguientes averiguaciones:

En la obra “Apollo: The Race to the Moon”, de Charles Murray y Catherine Bly Cox afirman, sin dar ninguna explicación más, que esta anécdota es falsa.

Rocco Petrone, Director de Operaciones de Lanzamiento en Cabo Cañaveral durante la época del Programa Apolo, afirma literalmente en el libro “Apollo, Expeditions to the Moon (NASA SP-350)«, que el cuento este de las nubes y de la lluvia es solo “folclore”.

En el capítulo 11 del libro «Moonport – A History of Apollo launch facilities and operations (NASA (SP-4202)«, dentro del apartado sobre los problemas de diseño, se dice que para prevenir la condensación dentro del edificio se diseñó un sistema de ventilación forzada usando unos ventiladores que eran capaces de renovar el aire cada hora, a parte del sistema de aire acondicionado.

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No contento con esto envié un email a Luis Ruiz de Gopegui y a Alberto Martos para preguntarles sobre el tema. Alberto me comentó lo de Rocco Petrone y Gopegui me contó la siguiente anécdota que me permitió compartirla con los lectores del blog:

“Yo lo he visitado y paseando por uno de los pisos más altos. Como el suelo de todos los pisos es de rejilla metálica, se ve a través de ellos y da vértigo, por eso yo me agarraba a las barandillas, que son tubos metálicos de unos 15 cm. de diámetro. Pues bien, al agarrarme noté perfectamente que había unas pequeñas gotitas de agua en la parte inferior del tubo. Al preguntar de dónde podían provenir esas gotitas me contaron, con un poco de chufla, lo de “la lluvia”.

Resumiendo: Lo de la lluvia es, en efecto, LEYENDA URBANA. Pero si no se hubieran tomado todas las precauciones que se citan en “Moonport – A History of Apollo launch facilities and operations”, es muy posible que hubiera sido cierto eso de la lluvia.

También me contaron que si por algún fallo en el sistema de circulación del aire, hay un cambio brusco de temperatura, las gotitas de las que yo hablaba, se pueden llegar a evaporar y entonces aparece una especie de neblina entre alguno de los pisos del edifico. Posiblemente, de este extraño fenómeno, nace la leyenda de la lluvia.”

En conclusión, efectivamente parece que la anécdota es una leyenda urbana, pero lo que también parece cierto es que se puede producir algo de condensación (rocío) dentro del VAB si las circunstancias son las apropiadas.

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