Como ya anunciamos hace unos días en el blog, ayer día 1 de octubre, se presentó en el Planetario de Madrid el libro titulado Breve Historia de la Carrera Espacial. Escrito por Alberto Martos y prologado por Don Luis Ruiz de Gopegui. Está editado en Nowtilus.

Alberto Martos es un ingeniero técnico de telecomunicaciones que trabajó durante 15 años en la Estación Espacial de Fresnedillas (Madrid) durante la época del Programa Apolo. Aparte de su labor profesional como ingeniero, Alberto tiene la escritura como otra de sus grandes aficiones. Ha sido premiado en varias ocasiones por la revista Tribuna de Astronomía, la Agrupación Astronómica de Madrid y el INTA.

Como decíamos antes, la presentación del libro se realizó en la sala de proyecciones del Planetario de Madrid, donde pudieron acercarse unas 250 personas para escuchar a Alberto, así como también a Ruiz de Gopegui, que fue el encargado de comenzar la presentación de la obra como tal.

Don Luis Ruiz de Gopegui empezó su turno haciendo una breve presentación del autor del libro. Centrándose en el momento en el que conoció a Alberto, hace más de 40 años, en Fresnedillas, siendo él ya director de la Estación.

Después, Don Luis, comentó la obra haciendo un breve resumen de los capítulos de la misma. Lo que más le gustó fueron los relatos del viaje de Yuri Gagarín, contado casi minuto a minuto, y el de la desgraciada muerte de Komarov.

Alberto, en su turno, comentó que ha podido conseguir mucha información desclasificada de los antiguos archivos de la URSS, para poder escribir toda la parte relacionada con los soviéticos. Otra parte maravillosa del libro es el apéndice final donde se explica los fundamentos de la navegación espacial.

Una vez terminada la explicación sobre la obra, Ruiz de Gopegui, contó unas cuantas anécdotas sucedidas durante su estancia en Fresnedillas. Alguna, más o menos, conocida ya, como la de los famosos gases en el estómago de John Young durante la misión Apolo 16. Al parecer Young se sintió indispuesto en la Luna y pidió hablar con los médicos. Hay que explicar previamente, que en la estación de Fresnedillas, existía una sala para la prensa, donde los periodistas podían escuchar todas las conversaciones que ocurrían entre los astronautas y el control de la misión en Houston. Como la conversación con el médico que había solicitado Young era privada, al tratarse de un problema de salud, y no de la misión propiamente dicha, se pidió a los periodistas que abandonaran la sala para no escuchar esa conversación. Los periodistas empezaron a especular sobre que los astronautas habían encontrado extraterrestres y la NASA quería ocultarlo. A todo esto, el astronauta comentó con el médico de la misión que tenía gases y se encontraba mal del estómago. Por lo que el médico le dijo que se tomara unas pastillas. La misión continuó normalmente y los periodistas pudieron volver a la sala. Pero cuando Young estaba de nuevo caminando sobre la superficie lunar, dijo algo así como: “¡Míralos, ahí están, ya vuelven!”, refiriéndose obviamente a los gases. Sin embargo, según Don Luis, el periodista y piloto de aviones, José Antonio Silva pensó que se trataba de extraterrestres y no de gases en el estómago por lo que cogió su motocicleta y se fue corriendo a Madrid donde informó a la Agencia EFE de este falso hallazgo. Parece ser que unos años después, este periodista escribió un libro relacionado con ovnis y que, según Gopegui, se vendió mucho más que sus propios libros.

Otra de las anécdotas que nos contó fue la de la visita de los alcaldes de Fresnedillas y de Navalagamella durante la misión del Apolo 11. Al parecer estos alcaldes se presentaron para quejarse de que la Estación espacial se llamase de Fresnedillas solamente, cuando el 90 % de la misma estaba dentro del término municipal de Navalagamella. Don Luis estaba concentrado y bastante nervioso puesto que estaban en medio de la misión histórica del Apolo 11 y, obviamente, no estaba disponible para tratar este asunto. Los alcaldes no se querían ir y no paraban de insistir, por que el pueblo de Fresnedillas se estaba llevando toda la fama. La cosa no terminó hasta que a Don Luis se le encendió la bombilla y les dijo que no habría problema, que a partir de ese momento la estación pasaría a llamarse de Fresnedillas – Navalagamella. Los alcaldes se quedaron contentos y se marcharon. Obviamente, la Estación no cambió de nombre, puesto que, como nos contaba Gopegui, Houston denominaba a la estación como Madrid por la dificultad de pronunciar en inglés el nombre de Fresnedillas. ¡Habría que imaginarse entonces, cómo pronunciarían “Fresnedillas – Navalagamella”!

Llegados a este punto, a Don Luis todavía le dio tiempo de contarnos dos anécdotas más. Una, muy breve, sobre el rodaje de la película El Astronauta, protagonizada por el gran Tony Leblanc. Algunos planos se rodaron en la Estación, y el botijo que utiliza Tony Leblanc para llevar el agua, fue precisamente el que tenían allí. Una vez finalizado el rodaje de esas secuencias, se organizó una comida entre los trabajadores de Fresnedillas y los actores, entre los que se encontraban José Luis López Vázquez, el propio Tony Leblanc, José Luis Coll, José Sazatornil, etc…

La última anécdota fue sobre un director norteamericano que hubo en la Estación. Hay que recordar que Fresnedillas tuvo, durante un tiempo, dos directores. Uno español y otro norteamericano. El director español controlaba al personal español y el norteamericano, de la misma forma, al personal norteamericano. Esto se hizo así hasta que el personal español obtuvo el mismo nivel operativo que los americanos y pudieran “volar solos”. Pues bien, parece ser que el director americano, Dan Hunter, era bastante peculiar. Y sugirió a Gopegui el montar una pequeña caballeriza con 8 o 10 caballos para que el personal de la Estación pudiera distraerse de vez en cuando. Parece ser que en Fresnedillas ya existía una pista de voleibol para este fin. Otra ocurrencia del señor Hunter fue la de intentar construir una atracción nueva para el parque de atracciones de Madrid, llamada la Alfombra Mágica o algo así, con fondos de la NASA, por supuesto.

Une vez terminada la intervención de Don Luis, el turno pasó al autor del libro. Alberto Martos nos comentó que ha pretendido realizar una obra diferente a las que ya existen sobre esta misma temática. Este enfoque distinto lo ha pretendido conseguir usando documentos recientemente desclasificados por parte de la parte soviética. Y la conclusión principal a la que ha llegado es la confirmación de que la Carrera Espacial ocurrió por un motivo, no ya político o científico, sino principalmente militar.

Aunque los soviéticos empezaron la carrera espacial muy fuerte, consiguiendo grandes logros, a largo plazo la tecnología puntera estaba del lado americano. Con lo que los asesores de Kennedy sugirieron ir a la Luna en un plazo de una década, tiempo suficiente, para «dar la vuelta a la tortilla».

Viaje de Yuri Gagarin, misión Vostok 1. [6:16 min.]

Alberto, para confirmar este argumento, proyectó el video, más o menos, detallado del lanzamiento de Yuri Gagarin. En el se puede observar la tecnología analógica que tenían los soviéticos. Si se compara esa tecnología con la norteamericana de la misma época, ya se podían observar pequeñas diferencias en cuanto a equipos y medios técnicos.

Al finalizar la exposición se pasó al turno de preguntas por parte del público asistente. Y una vez concluido, el autor firmó y dedicó el libro a quien quiso.

Lo bueno de la velada de anoche es que tuvimos tiempo de saludar a Don Luis y recordar el curso de verano sobre Cosmología que tan maravillosamente nos enseñó en Laredo hace unos años. Además, nos dio una primicia para Mr Gorsky, ya que va a dar una charla en la Escuela Náutica de la Universidad de Cantabria el miércoles día 11 de Noviembre. ¡No habrá que perdérsela!

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• Breve Historia de la Carrera Espacial.