Terminamos la serie de posts dedicados a la última edición del Festival de cine de San Sebastián. Como decíamos en la anterior entrada, ayer domingo vimos las siguientes películas: La cinta blanca, Desperados on the block y la última de Juan José Campanella titulada El secreto de sus ojos.
Recuerdo que a mi de pequeño, en la escuela, me enseñaron que para contar una historia ésta debe tener una presentación, un nudo y un desenlace. Pues bien, parece ser que hoy en día, y en especial en el cine, esto ya no sirve para contar historias.
¿Por qué digo esto? Pues porque tanto La cinta blanca, como Desperados on the block no siguen esta estructura. La primera película, apuntaba mucho. En Film Affinitty tenía una nota superior a 9 y hay que reconocer que al principio parecía que esa nota tenía sentido. Excelente fotografía en blanco y negro, muy buena ambientación, buena interpretación, en general, de los actores y una historia que prometía. Pero al director parece ser que se le olvidó el desenlance, o se quedó sin presupuesto. Nunca lo sabremos. De todas formas, vemos ahora que la nota en Film Affinity ha bajado a un 8,4 y esperemos que aún baje más porque es una tomadura de pelo. Se termina la película y te preguntas «¿pero ya se ha acabado?» Vamos, resumiendo, que no se sabe como acaba la película. Nuestra nota: 3 de 10.
Después de esta gracieta, pasamos a ver Desperados on the block. A priori, una «historia de Eramus en Munich«. Pues bien, alguien nos mintió. En este caso, el director se queda en la presentación de los personajes. Olvidaros del nudo. Y el desenlance ni está ni se le espera. El director estuvo presente en la proyección. Al terminar, en el coloquio posterior con el público, no hubo ni una sola pregunta. La verdad que no me extraña. Aquí parece que hacer unos cuantos cortos y engañar a algún productor para que te deje pasta ya es suficiente para hacer tu primer largo. La historia presenta a una serie de personajes, cada uno más raro que el anterior, que viven en un bloque de pisos y donde, supuestamente, el ascensor es el único sitio donde coinciden. Y ya está. Nada nuevo bajo el sol. Nuestra calificación: 2 de 10.
Menos mal que para terminar nuestra visita a San Sebastián vimos una buena película. Con presentación de personajes, con un nudo y un desenlace sorprendente e, incluso, realista. Ricardo Darín muy bien, como siempre, es un valor seguro. Y los actores secundarios incluso mejor. El personaje del ayudante de Darín, interpretado por Guilermo Francella, es de los que no se olvidan fácilmente. Muy bien, repito. Además todo el público, al final de la proyección, dedicó unos cuantos minutos a aplaudir tanto al director como a los actores presentes en el Kursaal. Nuestra puntuación: 8 de 10. Como anécdota decir que teníamos a nuestro lado a la actriz Marta Etura y si, efectivamente, es muy guapa. 😉
La sensación final de nuestro paso por el festival ha sido buena. Sobre todo si la comparamos con la edición pasada que fue horrible. Este año hemos recuperado la ilusión de nuevo, aunque, lógicamente, ha habido películas malas. Cosa que es normal cuando ves tres películas al día. Lo que no era normal es que todas fueran malas o muy malas como el año pasado. Así que, si Dios quiere, el año que viene repetimos!