A principios de los 80 la industria aeronáutica británica comienza con el apoyo financiero del gobierno de Su Majestad un vehículo que fuera una alternativa barata para poner en el cielo satélites de órbita baja.

En el proyecto participaba Rolls Royce, que proporcionaba tanto los jets como unos cohetes de nueva generación. La idea de HOTOL (HOrizontal TakeOff and Landing) era la de despegar como un avión convencional y después de alcanzar una determinada velocidad y altura activar sus cohetes llegando así a su órbita.

El vehículo contaba con la configuración cannard tan conocida en los cazas de última generación, que le proporcionaría aceptable maniobrabilidad en condiciones de vuelo atmosférico.

El gobierno perdió interés en el proyecto y cortó sus fondos en 1986. Sin embargo los trabajos de HOTOL pueden servir de base para una futura generación de vehículos orbitales conocidos como Skylon, basado en los mismos conceptos de HOTOL.

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